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Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA CONICET UNC)

Lagartija o chelco chaqueño (Liolaemus chacoensis)


Cuando estudiamos un animal, las principales preguntas que nos hacemos son: ¿dónde vive? ¿qué come? ¿cuándo se reproduce? Para muchas especies nativas todavía no tenemos toda la información, pero sabemos bastante del chelco chaqueño.

Durante mi tesis doctoral, proyecto que duró unos 5 años, pasé la mayor parte de mis veranos en la Reserva de Chancaní. Mi objetivo era estudiar cómo los lagartos eran afectados por la tala del bosque chaqueño y por los incendios. Entre una de mis tantas actividades, tenía que describir la vegetación de los lugares que comparaba, por lo que pasaba bastante tiempo parado en un lugar midiendo plantas y tomando notas. En una de esas oportunidades, por el rabillo del ojo noté que algo se movía cerca de mi pie, y cuando me fijé, descubrí un pequeño lagartito que me miraba con curiosidad. Me pareció muy interesante que, a pesar de su tamaño tan pequeño, no me tuviera ni el más mínimo miedo. Así que paré lo que estaba haciendo y adopté una postura de estatua para chusmear un poco su comportamiento. Para mi sorpresa, no era UN lagartito, sino varios, que ajenos a mi presencia, tomaban sol, se peleaban entre sí, cazaban, subían, bajaban… Mi postura estática no fue muy cómoda, pero aprendí varias cosas, de las cuales les voy a contar un poco.

 

Entre bosques sudacas

Liolaemus chacoensis, popularmente conocido como lagartija chaqueña o chelco chaqueño, es un reptil endémico de la gran ecorregión del Chaco sudamericano: la región boscosa más grande de Sudamérica después del Amazonas. En otras palabras, el chelco es un lagartito nativo de tierras sudacas: no lo vamos a encontrar en otro lugar. En Córdoba, L. chacoensis es probablemente la especie más conocida entre todas las lagartijas cordobesas que pertenecen a su género. Por otra parte, en el mundo, Liolaemus es el segundo género con mayor cantidad de especies conocidas, acercándose año a año a las 300 especies descriptas. Todos los años se describen nuevas especies de Liolaemus a lo largo de su extensa distribución (spoiler alert: ¡en Córdoba también tenemos especies nuevas!), por lo que muy probablemente el número 300 pronto vaya a quedar atrás.

Chiquitos y coloridos, pero diferentes

Liolaemus chacoensis es una lagartija de pequeño tamaño con dimorfismo sexual, lo que quiere decir que las hembras y los machos tienen tamaños diferentes. En el caso de L. chacoensis, las hembras son más grandes que los machos. Mientras ellas alcanzan los 5 cm de longitud estándar (sin contar la cola), los machos sólo llegan a los 4,5 cm. Tanto machos como hembras pueden alcanzar los 13 cm de largo cuando incluimos la cola en la medición, lo que se conoce como longitud total. En herpetología, la disciplina que estudia a anfibios y reptiles, tomamos medidas sin la cola y con la cola porque estos animales tienen la capacidad de desprenderse de este apéndice frente a algún peligro, para luego regenerarlo. Los machos y las hembras también muestran dicromatismo: tienen colores diferentes. Los machos son más coloridos que las hembras, que en general son grisáceas o amarronadas.

Amantes de quebrachos y puestas de sol

Si bien el chelco es endémico de la región chaqueña (de allí lo de “chaqueño”), sólo lo vamos a encontrar asociado a los bosques de quebracho blanco típicos del Chaco Seco (Árido o Semiárido), resistiendo inclusive en ambientes degradados. Es decir, no lo vamos a encontrar en los pastizales pampeanos, ni en el desierto del Monte. Tampoco en la selva misionera ni en el Chaco Húmedo. Es que esta lagartija parece albergar un amor incondicional por los quebrachos del Chaco Seco.
Como la mayoría de los reptiles, L. chacoensis es un animal terrestre y es común verlo subido a troncos caídos desde donde vigila su territorio. Prefiere ambientes abiertos dentro del bosque y su actividad tiene picos a media mañana y al final de la tarde. Las 19 hs. es un horario óptimo para encontrarlo en algún sendero de la Reserva de Chancaní, aprovechando las últimas horas de sol.

Cazadores estrategas y altos tomadores de sol

El chelco chaqueño se alimenta de pequeños invertebrados, sobre todo de hormigas y larvas de pequeños insectos. Los caza con una mezcla de estrategias que incluyen la caza al acecho y la caza activa: una danza interconectada entre el ataque por sorpresa y la búsqueda del tesoro.
Como en todos los reptiles, su actividad está fuertemente influenciada por las temperaturas ambientales y por la disponibilidad de una fuente de calor. En esta especie, la fuente de calor preferida es la radiación solar directa (es un animal heliotérmico), aunque puede también aprovechar las superficies calientes para extender su actividad al atardecer (o sea que también es tigmotérmico). Su actividad anual es estacional: están mayormente activos durante la primavera y el verano, aunque ocasionalmente se los puede ver activos en algún día excepcionalmente cálido de invierno.

 

El verano los pone románticos

Su reproducción es ovípara y tienen fecundación interna. Los machos, que tienen dos hemipenes, copulan con las hembras a mediados-fines de la primavera. Las hembras ponen alrededor de seis huevos alargados, blandos, que dos meses después eclosionan. Los neonatos son muy pequeños (2 cm de longitud estándar ó 5 cm de longitud total) y aparecen entre enero y marzo. Las hembras se reproducen una sola vez por año y aparentemente no más de tres veces en su vida. La actividad cesa en abril, cuando entran en estado de brumación (equivalente a la hibernación en mamíferos) hasta la primavera.

Poderoso el chiquitín (aunque no tanto)

Si bien el chelco es una especie que soporta cierto nivel de degradación del ambiente, la combinación del fuego con el pastoreo puede reducir el tamaño de sus poblaciones en más de un 90%. Esto provoca que nuestro lagartito pase de ser una de las especies más abundantes en un bosque conservado, a una especie rara en ambientes extremadamente degradados. Aparte de la tala, el fuego y el pastoreo, el cambio climático puede tener un efecto en la biología y la conservación de esta especie al alterar las horas en que los animales pueden alimentarse, termorregular y reproducirse.

¡No pierdas la oportunidad de conocer al chelco chaqueño! Es uno de los pocos lagartos cordobeses que te permitirán verlo de cerca y apreciar las sutilezas de su comportamiento.

Bibliografía

  • Pelegrin N, Chani JM, Echevarría AL & Bucher EH. 2009. Effects of forest degradation on abundance and microhabitat selection by ground dwelling Chaco lizards. Amphibia-Reptilia 30:265-271.
  • Pelegrin N & Bucher EH. 2012. Effects of habitat degradation on the lizard assemblage in the Arid Chaco, central Argentina. Journal of Arid Environments 79:13-19.
  • Pelegrin N & Bucher EH. 2015. Activity and reproductive patterns of lizards in the Chaco of Argentina. Journal of Natural History 49:2693-2708.

Nicolás Pelegrin es biólogo desde que nació y doctor en biología desde 2009. Dirige el Laboratorio de Ecología y Conservación de la Herpetofauna en el IDEA, estudiando reptiles y lagartos de Argentina y Brasil a campo y patrones ecológicos a gran escala desde la computadora. Le gustan todo tipo de bichos pero no sabe identificar las especies de algarrobos. Es el orgulloso papá de Mateo y Sofía y esposo de Suelem. Usuario acérrimo de Linux, aunque le gusta mirar por la ventana.