¿Quién muerde más fuerte? ¿Cuándo? y ¿Porqué?
Investigadores del Laboratorio de Biología del Comportamiento del IDEA, publicaron un trabajo en la revista Biological Journal of the Linnean Society sobre la importancia de la fuerza de la mordida en lagartos. El comportamiento de morder está involucrado en comportamientos agonísticos intra sexuales (peleas) como en interacciones inter sexuales (copulas). La relación entre la morfologia corporal y la función es dinámica, es decir existen variaciones en la fuerza de mordida. Por lo tanto, el desempeño de la mordida depende de diferentes contextos en los cuales se realicen los comportamientos, por ejemplo la competencia reproductiva, la posición de la cabeza al morder, condiciones ambientales y estacionalidad. El lagarto de Achala (Pristidactylus achalensis) ha sido seleccionado como modelo de estudio porque es una especie sexualmente dimorfica en el tamaño corporal y de la cabeza. Esta especie endémica habita en tierras altas de Córdoba, hibernando los meses fríos y restringiendo las actividades reproductivas a un período corto durante el cual se exacerban la competencia sexual. Por otra parte, machos y hembras presentan cicatrices de mordeduras, con diferente ubicación en el cuerpo entre los sexos, lo que sugiere diferentes funciones de la mordida. En este trabajo exploran los factores que pueden influir en la fuerza de la mordida: sexo, tamaño corporal, morfología de la cabeza, temperatura y estacionalidad acorde al desarrollo gonadal. Además, investigan la fuerza máxima de mordida en dos posiciones de mordida (frontal y lateral).
Los resultados muestran que los machos muerden más fuerte que las hembras independientemente de su tamaño corporal y que mordidas con el lateral de la boca son mas fuertes que con la punta de la misma. Ademas, observaron una relación positiva entre la fuerza de la mordida y el tamaño en los machos. La fuerza de mordida de los machos fue similar a lo largo de la temporada, mientras que la fuerza de la mordida fue diferente temporalmente en las hembras. Las mordidas más fuertes pueden conferir ventajas en la competencia de apareamiento relacionadas con el tamaño corporal de los machos, mientras que las hembras experimentarían beneficios temporales de morder más fuerte durante el período reproductivo, siendo útil para la selección de pareja o el rechazo de machos no seleccionados en caso de intentos de copula.
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