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Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA CONICET UNC)

Conquista arácnida en miniatura: el mundo oculto de los falsos escorpiones


¿Sabías que no todo arácnido es una araña? ¿Nos creerías si te dijéramos que algunos de estos arácnidos pueden ser tan lindos y diminutos que no despiertan más que ternurita? ¿Y, más aún, que pueden llegar a ser la salvación de las abejas? La naturaleza es tan inmensa y tan diversa que muchas veces pasamos por alto la existencia de especies que, literalmente, nos caminan entre los pies.
Hoy venimos a contarte sobre unos animalitos de 8 patas que parecen ser los primos hermanos de los alacranes, en tamaño mini, y sin cola ni aguijón. Te invitamos a descubrir el mundo secreto de los pseudoescorpiones.

¿Es un escorpión sin cola?

¿Es un alacrán en miniatura?

¡No! Es un pseudoescorpión

Cuando uno dice arácnido lo primero que solemos imaginarnos, naturalmente, es una araña. Sin embargo, existen otros integrantes de este grupo que son por demás conocidos: los ácaros (que incluyen las tan detestadas garrapatas) y los escorpiones (los tan temidos alacranes). Pero dentro de este último grupo también encontramos otros animales menos conocidos que, cuando uno los nombra, generan siempre la misma pregunta:

¿Pseudoescorpiones? ¿No se les habrá colado un pseudo? ¿No habrán querido decir escorpiones?

No, leíste bien: pseudo escorpiones. Sí, pseudoescorpiones. El prefijo pseudo deriva del griego y significa falso o similar a. Su nombre se debe a que cuando uno observa un pseudoescorpión, a grandes rasgos, parece un escorpión sin cola y de un tamaño mucho -pero mucho- menor. Miden entre 1 y 7 mm de largo, mientras que los escorpiones suelen medir entre 5 cm a 15 cm. Para que se den una idea de su pequeñez, en una moneda de 5 centavos entrarían cómodamente 3 pseudoescorpiones. De esta explicación suele desprenderse, casi inevitablemente, otra pregunta:

¿Son venenosos?

Bueno, sí. La mayoría de las especies de pseudoescorpiones tiene veneno. No utilizan una cola para inyectarlo, por obvias razones. Utilizan, en cambio, los dedos de sus pinzas (las que formalmente se conocen como pedipalpos), donde se encuentran las glándulas que producen el veneno. Pero no hay nada de qué preocuparse. A los seres humanos el veneno de los pseudoescorpiones no les genera ningún efecto. Las ínfimas cantidades que poseen solo les sirven para paralizar a sus pequeñas presas, principalmente larvas, moscas, colémbolos y ácaros.

Pequeños polizones cosmopolitas

En la actualidad hay descritas alrededor de 3.450 especies que se distribuyen por todo el mundo, de las cuales 78 se encuentran en todos los rincones de Argentina: desde las más norteñas provincias de Jujuy y Salta hasta la más austral Tierra del Fuego.

Esta distribución tan amplia está favorecida por el hecho de que estos animalitos realizan foresis, es decir, ¡se transportan sobre insectos voladores, roedores y aves (sin perjudicarlos), llegando mucho más lejos de lo que lo harían por su propia cuenta! Podemos encontrarlos en diversos lugares: en el musgo, debajo de la corteza de los árboles, entre la hojarasca, en nidos de pájaros, ¡e incluso dentro de libros! Y según la especie, pueden ser solitarios o vivir en grandes colonias.

Sobre gustos sí hay algo escrito

¿Sabías que los pseudoescorpiones macho no tienen pene? ¿Y que las hembras tampoco tienen vagina? Seguramente te estarás preguntando algo más bien obvio que alguna vez todas y todos también nos preguntamos: ¿cómo harán para reproducirse estos bichitos?

Te damos una pista, la pista más hermosa y brillante con la que te vayas a cruzar (al menos hoy): bellos, delicados y fuertes ¡espermatóforos! O paquetes de esperma, dicho en criollo. Los pseudoescorpiones macho empaquetan esperma dentro de estas llamativas estructuras, las cuales fijan al suelo a través de un tallo. Es muy importante que los espermatóforos no se muevan: no vaya a ser que una brisa los vuele o que otro animalito los corra de lugar. Luego, las hembras harán su magia para insertarlas dentro de su cuerpo.

Una de las tantas características curiosas de este grupo es que tienen distintos mecanismos para transferir el esperma. Hay especies en las que el macho coloca un espermatóforo en el suelo y deja un rastro de seda (los pseudoescorpiones, al igual que las arañas, también producen seda) con la esperanza de que en algún momento una hembra pase por ahí y decida usarlo. Tal cual un generoso donante de esperma.

Sin embargo, cuando de ser padres o madres se trata, hay especies más estrategas en las que los machos colocan el espermatóforo solamente cuando detectan una hembra cerca. Y así, aumentan sus posibilidades de éxito reproductivo.

Aunque quienes definitivamente intentan garantizar su éxito reproductivo son aquellas especies que deciden bailar previo a la transferencia del esperma. Porque “bailar pegados es bailar, igual que baila el mar, con los delfines”, según Sergio Dalma.

Este baile previo es parte de lo que se conoce como cortejo sexual, el cual puede ser más o menos complejo, pero siempre consta de una danza entre dos individuos que se toman de las pinzas y realizan movimientos característicos. Finalizada la danza, el macho fija el espermatóforo en el suelo, lo cual garantiza la transferencia en casi la totalidad de los encuentros.

¿Y por casa cómo andamos?

Pero en esta historia no todo es color de rosas. Según la teoría de Selección Sexual propuesta por Darwin en 1871, todos los animales tenemos ciertas características que nos hacen más deseables por el sexo opuesto. Pero, ¿es esto realmente así? Precisamente, ésa es una de las preguntas que intentamos responder en el Laboratorio de Biología Reproductiva y Evolución de la Universidad Nacional de Córdoba utilizando diferentes especies de arácnidos: arañas, pseudoescorpiones, escorpiones y solífugos.

La especie de pseudoescorpión con la que trabajamos tiene nombre y apellido, y se llama Lustrochernes argentinus. La vamos a buscar a lo largo del verano la localidad de Villa la Merced, en el departamento Calamuchita, en la provincia de Córdoba.

La mayoría de las veces la solemos encontrar bajo la corteza de árboles de eucaliptus y cada individuo viaja en un contenedor individual hasta el laboratorio  donde los colocamos en sus habitáculos individuales buscando su máximo bienestar. L. argentinus tiene hábitos solitarios y, en algunos casos, realiza foresis. Sí, vuela por los aires como polizona de otros bichos. La transferencia espermática de L. argentinus está precedida por un cortejo que incluye una danza con reiteradas tomas de pinzas. Luego del baile, ambos integrantes de la pareja se colocan muy cerca, de frente, y se puede ver con claridad cómo empiezan a besarse. Bueno, en realidad no se besan como las personas porque, claro, los pseudoescorpiones carecen de boca con labios y lengua. Ellos, en cambio, frotan enérgicamente sus quelíceros (que no son más que mandíbulas con forma de pinzas) los unos contra los otros. Pero dada su remembranza a un beso romántico entre dos seres humanos, al grupo o persona que observó por primera vez este comportamiento se le ocurrió bautizarlo como “kissing” (besarse en inglés).

Momentos después del beso con quelíceros, el macho coloca el espermatóforo en el suelo. La hembra se suelta, se dirige hacia el brillante paquetito de esperma para, seguidamente, asentarse sobre él. En ese momento se efectúa finalmente la transferencia espermática, la cual culmina el encuentro sexual.

Las hembras pueden almacenar el esperma obtenido en estos encuentros por meses, ¡e incluso por años! Cuando así lo decida, la futura mamá desarrollará una bolsa de huevos que mantendrá 10 adherida a su vientre y, a medida que los embriones se desarrollen, se alimentarán con una sustancia nutritiva producida por ella (que no es leche, pero cumple la misma función). Una vez maduros, los retoños abandonarán sus huevos y saldrán al mundo en forma de pequeños pseudoescorpioncitos muy parecidos a sus padres. Estos pequeños se denominan ninfas y, para llegar a ser adultos, deberán pasar por tres mudas. ¡Sí, sí! Estos animales también mudan o cambian la piel como las víboras. Asombrosos, ¿verdad? Sigan leyendo porque ¡aún hay más!

Parejas indeseadas

En un estudio reciente sobre L. argentinus encontramos que algunos de los individuos capturados en el campo albergan unos parásitos microscópicos llamados gregarinas en su sistema digestivo. A partir de esta observación el interés de nuestro grupo de trabajo recaló en explorar si los individuos con parásitos eran menos elegidos por el sexo opuesto. Luego de realizar algunas experiencias descubrimos que, efectivamente, los individuos que tenían gregarinas en su interior tenían menor éxito al momento de intentar formar pareja y sufrían mayor proporción de rechazos. Sin dudas, el sexo opuesto percibía de alguna manera que su potencial pareja no estaba en buenas condiciones como para ser madre o padre.

Las “gregarinas” las ponen mimosas y mimosos

Pero, ¡eso no fue todo! También observamos que cuando los individuos estaban sanos, tanto machos como hembras rechazaban a las parejas que tenían gregarinas, y solo accedían a la transferencia espermática con individuos sanos. Las hembras mantenían esta exigencia aun estando infectadas. ¡No daban el brazo a torcer! ¿Machos con gregarinas? ¡No, gracias! Por el contrario, los machos infectados intentaban realizar la danza tanto con hembras sanas como infectadas. Al parecer, a ellos las gregarinas los ponen menos exigentes.

¿Por qué estudiar estos bichitos?

En el Laboratorio de Biología Reproductiva y Evolución intentamos develar las estrategias reproductivas que tienen distintas especies de arácnidos, qué factores afectan su éxito reproductivo, y cuáles son las estrategias reproductivas que desarrollarán en cada caso. Hace algunos años se comenzaron a explorar posibles aplicaciones del veneno del pseudoescorpión en el campo de la medicina. Pero más fascinante aún, se descubrió que los pseudoescorpiones se alimentan de un ácaro que genera muchos problemas en las colmenas de abejas. Y, si hay algo importante en nuestro ecosistema y que hoy peligra, son las abejas. ¡Será muy interesante explorar el uso de estos bichitos como posible control biológico de plagas! Y, en caso de lograrse avances en esta línea, conocer detalles específicos sobre su historia de vida, en especial conocer qué factores determinan su tan exitosa reproducción.

En el mundo oculto de los pseudoescorpiones ya sabemos como se ven, como diferenciarlos de los escorpiones, algunos detalles de su reproducción y estilo de vida. Pero aún quedan muchos secretos por develar que podrán ser muy útiles para nuestro futuro en la conservación de especies esenciales como las abejas. Y, lo más importante de todo, ampliar el conocimiento de su fascinante mundo miniatura.

Bibliografía

  • Ceballos A. (2008). Relevamiento Sistemático y Distribucional de Pseudoscorpiones (Arachnida, Pseudoscorpiones) en las Sierras de
    Córdoba, Argentina. Tesis Doctoral. Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
  • Palen-Pietri R, Ceballos A, & Peretti A V. (2019). Sexual dimorphism and patterns of sexual behavior in Lustrochernes argentinus (Pseudoscorpiones: Chernetidae). The Journal of Arachnology, 47(3), 344-350.
  • Weygoldt P. (1969). The Biology of Pseudoscorpions. Harvard University Press. Cambridge MA.

Rocío Palen Pietri. Soy Bióloga, becaria doctoral en el Laboratorio de Biología Reproductiva y Evolución. Soy amante de los animales, vivo con mis dos michis y un montón de plantas. En mi tiempo libre me gusta leer y estar al aire libre, mi lugar en el mundo es el mar.

 

 

Alejandra Ceballos. Soy Doctora en Ciencias Biológicas, aracnóloga, apasionada por la naturaleza que me sorprende día a día, a la que plasmo en mis óleos desde hace algunos años.